Soy Natalia. Soy Psicóloga. Estoy en construcción.

Con 5 años perdí a mi padre y en ese momento empezó mi búsqueda personal.
Pensaba que quería ser periodista, pero la vida me llevó a la psicología. En lo más profundo de mi ser, siempre existió el anhelo de conocerme, de encontrar un sentido, de evolucionar.

Pasaron los años, me licencié y empecé mi andadura profesional en el ámbito de la empresa; en los recursos humanos. Allí aprendí un montón. Lideré equipos, diseñé estrategias, empecé a formar y a comprender la complejidad del ser humano.

Pero algo me decía que no podía seguir por ese camino. Que necesitaba libertad para trabajar y, sobre todo, deseaba llegar a la esencia de cada persona. Por eso decidí ser freelance, estudiar un máster en psicoterapia y seguir trabajando como formadora para empresas.

Con 32 años experimenté una gran crisis personal. Todo se derrumbó.
Mi pareja me dejó, perdí mi casa y me quemaron el coche. Fue una hecatombe.

En ese momento tuve que sanar todas mis heridas de infancia. Viví un profundo proceso de transformación. Fue lo peor y lo mejor que me ha pasado en la vida. A partir de entonces, empecé a vivir en libertad y sin miedo. En coherencia conmigo misma.

Antes de esa crisis sabía muchas técnicas, tenía muchos conocimientos y era una trabajadora brillante. Pero carecía de lo más importante: del amor hacía mi misma.

Ahora intento que mis proyectos profesionales rebosen amor y alegría. Y eso es lo que le da el sentido a todo. Eso es lo que me emociona y provoca que cada vez esté más enamorada de mi profesión.

En la actualidad, divido mi tiempo entre la psicoterapia y la formación en habilidades emocionales para empresas y particulares.

Esta es mi historia. Me encantaría conocer la tuya.

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